Registran matrimonios forzados por adeudos en el Edomex

Si bien las autoridades han iniciado más de mil 800 carpetas de investigación por trata de personas y han rescatado a por lo menos 547 víctimas de este delito en el Estado de México en los últimos 14 años, Dilcya García Espinoza de los Montero, fiscal Central para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género, considera que aún hay mucho trabajo por hacer ante los bajos porcentajes de denuncia, por lo que las autoridades son quienes deben ir a perseguirlo, sobre todo aquellos ilícitos que nos son visibilizados, tal es el caso de trabajos forzados, matrimonio servil o forzado, detectados principalmente en zonas urbanas del Valle de México por deudas entre particulares.

Respecto a la cifra que carpetas iniciadas y víctimas rescatadas en la entidad mexiquense, precisó que estos datos son positivos, debido a la poca participación de la ciudadanía para denunciar, lo que obliga a las autoridades a realizar acciones de gabinete, inteligencia y campo para hacer frente a estos casos.

“Es importante saber leer estas cifras porque si se tienen mayores víctimas rescatadas o se tienen mayores números en cuanto a investigaciones iniciadas, es porque la entidad motu proprio está yendo a buscar el delito”.

Sin embargo, debido a la falta de denuncia, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) tiene como objetivo reforzar aún más estas acciones para buscar el delito, capturar a los responsables y rescatar a las víctimas, principalmente en los asuntos con menor visibilidad.

“No solamente en su modalidad que es la más recurrible, que es la más visible que es la explotación sexual, sino otras formas de trata, el matrimonio servil, las adopciones ilegales, la esclavitud moderna, los trabajos forzados que son modalidades de trata que se han trabajado de una manera muy importante aquí en el Estado de México”, dijo.

En el caso de matrimonios serviles o forzados, la fiscal indicó que éstos no se dan principalmente en zonas rurales o comunidades indígenas, estos casos los tienen mayormente detectados en zonas urbanas, sobre todo en municipios colindantes con la Ciudad de México.

“Sí hemos tenido temas de matrimonio forzado, pero la verdad es que más bien en municipios del Valle de México, en municipio de urbanos”.

Agregó que muchos de estos casos parten de deudas entre particulares que, a manera de solventar la deuda, arreglan matrimonios y que desafortunadamente tampoco se denuncia.

“Justamente a partir de deudas específicas. De pronto hay alguien que obliga a que una persona contraiga matrimonio con otra a partir del saldo de una deuda, pero no ha sido en comunidades originarias”.

Otra modalidad que preocupa a las autoridades son los trabajos forzados, ya que en muchos casos, éstos sí parten de comunidades rurales, pero esto representa una muy detallada y precisa investigación para no confundir la comisión estricta del delito y la criminalización de la pobreza.

“Si tenemos que hacer una muy importante diferenciación entre una situación y otra porque mientras unos tienen que enfrentar un proceso penal por la comisión de un delito, los otros tienen que de sujetos a políticas de carácter social”, dijo.

Como ejemplo, mencionó que hay personas que origen mazahua que por su situación de escasos recursos todos los integrantes de la familia se ven en la necesidad a salir a vender en las calles, en lo cual habría que intervenir otras autoridades para dar seguimiento y apoyo integral.

“La familia mazahua que viene del pueblo y que todos se ponen a vender chicles, esto sería una criminalización de la pobreza si nosotros, encima de todo, metemos a la cárcel a los padres de esta familia”.

Explicó que hay otros casos en los cuales se detecta la trata de personas cuando hay niñas, niños, incluso personas adultas que trabajan de sol a sol y que el dinero obtenido lo entregan a un tercero, que incluso puede ser algún familiar y que pone cuotas diarias y de no cumplirlas, las víctimas son sometidas a castigos.

“No pueden regresar a un espacio de descanso hasta en tanto no cumplan una cuota y si no la cumplen entonces tienen un castigo físico”

También puntualizó en los casos donde hay mujeres que son obligadas a trabajos domésticos, pero que tampoco se visibilizan este tipo de trata, incluso la sociedad lo ha normalizado sin saber las condiciones en las que viven y sufren las víctimas.

“No se hace determinadas preguntas, esta mujer de origen oaxaqueño, de origen chiapaneco o guerrerense ¿Cómo llegó de asistente de hogar a una casa? ¿Por qué nunca sale? ¿Cuánto le pagan?”

Respecto a la trata de personas relacionada con el crimen organizado, Dilcya García Espinoza indicó que sí ha tenido algunos casos, principalmente en trabajos forzados o personas que son obligadas a trabajar como sicarios; sin embargo, al ser competencia federal se turnan a las instancias correspondientes.

“Sí hemos llegado a encontrar asuntos relacionados con delincuencia organizada a los cuales hemos declinado competencia a la Fiscalía General de la República, básicamente hemos encontrado estas circunstancias en trabajos forzados y hemos encontrado justo en temas relacionados con posibles situaciones de sicariato”, dijo.

La explotación sexual es el tipo de trata más recurrente, por lo que las autoridades realizan trabajos de investigación para ubicar los puntos, tal es el caso de los llamados “giros negros”, por lo que hay una coordinación con otras instancias estatales o federales para llegar a realizar acciones operativas sorpresivas.

 “En muchas ocasiones, a efecto justo de evitar generar cateos y más bien llegar de sorpresa a espacios, se utiliza el apoyo de instancias verificadoras de COFEPRIS, de COPRISEM, de INVEAMEX, incluso con el apoyo del instituto nacional de migración hemos generado estos mecanismos sorpresivos de inspección a efecto de que no haya un ocultamiento o no haya una posibilidad de filtrar información”, dijo.

Finalmente, la fiscal Central para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género hizo un llamado a la ciudadanía para denunciar este delito, no solo las víctimas, sino también las personas que están en el contexto, que se dan cuenta de que hay indicios de trata.

“Generalmente la víctima no denuncia, la verdad es muy complejo que inicialmente una víctima vaya a denunciar, si no denuncia la gente que está en contexto, o sea, que está alrededor, más un porcentaje bajo de ocasiones, mucho menos la víctima cuando además la víctima no tiende a verse como víctima”.

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