Hoy se cumplen cuatro años de los atroces crímenes que cometió esta pareja en el municipio de Ecatepec.

Juan Carlos y Patricia, los feminicidas seriales de Ecatepec

Se cumple un año más de la detención de los feminicidas seriales Juan Carlos y Patricia, una pareja originaria de Michoacán que radicaba en Ecatepec, municipio del Estado de México.

Hasta el momento la pareja ha sido condenada a más de 300 años de prisión por los delitos cometidos.

El 4 de octubre del año 2018 la pareja fue detenida en calles del citado municipio mientras empujaban una carriola de bebé donde trasladaban restos humanos, incluido un torso.

Semanas más tarde (16 de octubre) ambos fueron vinculados a proceso por el feminicidio de Nancy, la última víctima de la pareja.

Durante las entrevistas realizadas a Juan Carlos reveló que comenzó a matar mujeres desde el año 2012 y declaró que su motivación era el odio hacia ellas además de lanzó una advertencia:

“No creo salir de esta, pero si salgo, de una vez le digo a los patrones que voy a seguir matando mujeres”.

Otra declaración que reafirmó su postura fue cuando dijo que prefería que sus “perritos coman carne de estas mujeres, a que ellas sigan respirando mi oxígeno”.

En algún punto autoridades mexiquenses de seguridad consideraron que podría existir un caso de tráfico de órganos y trata de personas, sin embargo, luego de las declaraciones de Juan Carlos estos delitos quedaron descartados.

Las investigaciones en el domicilio ubicado en la colonia Jardines de Morelos arrojaron que sus víctimas eran abusadas sexualmente, torturadas y posteriormente descuartizadas.

Los huesos generalmente los vendían a personas que practicaban santería, pero también hallaron restos humanos en cubetas así como órganos guardados en un refrigerador.

El horror de esta historia creció más al descubrir que además practicaban el canibalismo. El modus operandi de esta pareja era enganchar a madres solteras o mujeres con hijos a través de la venta de ropa y artículos de bisutería, con la promesa de regalar o vender a bajo costo dichas prendas.

El fiscal de aquel entonces, Alejandro Gómez Sánchez, dio a conocer que este hombre habría participado en al menos 10 feminicidios aunque la cifra aumentó a 20 y resaltó que Juan Carlos “no presenta arrepentimiento o culpa, sino un orgullo por los crímenes e interés por tener la atención pública”.

Juan Carlos fue analizado por especialistas y llegaron a la conclusión de que tiene un desorden de personalidad y psicótico.

Se descubrió que este hombre sufrió de niño un daño severo craneoencefálico y además fue víctima de abuso sexual, lo que pudo agravar su condición mental es el consumo de drogas, aunque es una persona capaz de distinguir entre el bien y mal por lo que era apto para ser imputable por los delitos que cometió.

Patricia presenta un ligero retraso mental y fue obligada por este hombre a cometer los crímenes, sin embargo, también puede distinguir sus acciones del bien y el mal por lo cual llevó el proceso penal normalmente.

Se demostró que Patricia sí participó en la muerte de algunas mujeres e incluso en diversas ocasiones elegía a las víctimas, al momento de ser detenida se le encontró una lista con 17 posibles objetivos.

Declaró que las madres solteras merecían morir por privar de la figura paterna a sus hijos o hijas.

Nancy fue la última víctima de los feminicidas, ella era una mujer de 28 años que tenía una bebé de dos meses y fue engañada por Patricia, quien la llevó a su casa al prometerle que le regalaría ropa para su pequeña, pero al llegar al domicilio Juan Carlos sometió a Nancy, abusó de ella y finalmente acabó con su vida.

A la menor posteriormente la vendieron a una pareja a cambio de 750 dólares, misma que más tarde también fue detenida.

Tras la desaparición de Nancy y su pequeña la investigación de casos similares llevó a las autoridades a Juan Carlos y Patricia, pues el factor común entre las víctimas era Patricia, por lo que fueron indagados durante unos días y finalmente detenidos al caminar con la carriola en la que transportaban los restos humanos.

Ambos se encuentran recluidos en el penal de Chiconautla, en Estado de México, y pasarán el resto de su vida en prisión.

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